Crítica
DAVID HERAS: LA MIRADA MÚLTIPLE ¿Cuántos entornos puede componer a la vez nuestra razón?... ¿En cuántas direcciones podemos avanzar hacia la verdad?... ¿De cuántas emociones podemos nutrirnos para descubrir la realidad?... Muy posiblemente se trate de cuestiones sin una respuesta lógica, y tal vez debamos aprender a desprendernos del conocimiento para su respuesta. Con seguridad el verdadero aprendizaje comprenda dejarse imbuir por las sensaciones que nos brinda la propia Vida, aquellas que constituyen lo único real y tangible. David Heras ha descubierto muy bien el secreto que guarda esta verdad. Una búsqueda infinita en la que el camino, en sí mismo, es el medio idóneo para obtener un sin fin de sentidos sin sentido que hacen de su trabajo un conjunto eterno de mensajes puros, pasionales, directos... Dardos en la mirada que, como un lenguaje codificado, transmiten emociones primitivas y viscerales hacia el nunca indiferente espectador. Materia sin forma en una primera época en la que